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Diferencias entre los vinos del nuevo y el viejo mundo

Diferencias entre los vinos del nuevo y el viejo mundo

Para hablar de las diferencias entre los vinos del nuevo y el viejo mundo, lo primero es definir Geográficamente, Cuales son los unos y cuáles son los otros

los vinos del nuevo y el viejo mundo

Con Los vinos del viejo Mundo Hacemos referencia, a los elaborados en las regiones que poseen una larga y documentada historia de producción, se consideran que son aquellos que proceden de las distintas regiones de Europa, así como las del área de influencia del mediterráneo principalmente el norte de África.

Mientras que con el estilo del Nuevo Mundo normalmente se hace referencia a los vinos de América del Norte y del Sur, Australia, Nueva Zelanda y Sudáfrica.

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¿Qué vinos son mejores,  los vinos del nuevo o los del viejo mundo?

Como todo o casi todo en el mundo del vino, lo de mejor o peor es algo subjetivo y dependerá del gusto de cada consumidor,  Antes de continuar queremos dejar bien claro que aquí vamos a partir de la premisa de que en ambos mundos hay vinos buenos, malos y mediocres y, por supuesto, en ambos mundos existen productores individuales que marcan diferencias de calidad.

Diferencias entre los vinos del nuevo y el viejo mundo

Entre Las características más importantes del vino del Viejo Mundo, nos encontramos con la tradición, ya que la historia de esas regiones vinícolas hace de la tradición un símbolo entre sus vinos, solo porque así se ha establecido durante muchos siglos.

En los vinos del viejo mundo Se le da una gran importancia al terroir y se trabaja con áreas geográficas o denominaciones de Origen que disponen de estrictas normas y leyes, para intentar preservar la tradición y la autenticidad de la región.

Por una parte, estas denominaciones de origen, pretenden garantizar que estos vinos cumplan con unos exigentes controles, que van desde la forma de cultivo, el tipo de uva a utilizar y la garantía de un proceso de elaboración tradicional que normalmente se remontan a siglos atrás, pero que, para ser sinceros, bajo mi punto de vista, tampoco nos garantizan que la calidad del vino sea mejor o peor.

Lo que si hace esas garantías de tradición y cultura ancestral es impedir a los productores en muchas ocasiones, el poder innovar y hacer vinos más acordes con las exigencias de los consumidores.

Los vinos del Viejo Mundo tienden a ofrecer una gran cantidad de estructura y taninos, que necesitan tiempo para evolucionar. Las uvas se cosechan a niveles de azúcar más bajos que los típicos para los vinos del Nuevo Mundo, por lo tanto, los niveles de alcohol a menudo también son más bajos.

Normalmente los aromas en los vinos del Viejo Mundo suelen estar más apagados y con más frecuencia necesitan aireación o decantación, mucho antes del consumo.

A menudo son vinos que están “apretados” y comienzan a evolucionar y abrirse a medida que el oxígeno ingresa a la botella o al vaso. Muchos Enólogos y críticos a menudo se refieren a estos vinos como “elegantes”, ya que tienden a ser sutiles y lineales en su estilo y composición.

Con el tiempo, muchos vinos del Viejo Mundo se vuelven más accesibles y proporcionan capas y capas de magníficos sabores matizados. Lo negativo de todo este proceso es que puede llevar años, y a veces décadas, dependiendo de la región y el estilo del vino.

En la revisión de muchas Cartas de vinos, a veces he podido comprobar vinos del Viejo Mundo de hace 15-20 años, que a menudo normalmente tienen un alto precio.

Este alto precio es debido a que tanto el productor como el restaurante o minorista han mantenido el vino en inventario durante años, lo que crea unos costos que hay que sumar al costo de compra. Pero el problema, no es el precio el problema es que ¡no hay garantía de que realmente disfrutaremos este tipo de vino! es posible que tengamos muchas dificultades y no acabemos de entender ni disfrutar las complejidades de un viejo Borgoña o un Burdeos o encontremos muchos Barolos italianos, apretados y faltos de cuerpo. Sobre todo, si nuestro paladar y nuestra sensibilidad se inclinan hacia vinos más impulsados por la fruta, más accesibles y listos para beber, Es absolutamente normal tener esas impresiones, aunque eso no hace ni significa que un vino así, sea ligero y flojo.

Evolución de los vinos del Nuevo Mundo

Entre las características de historia y tradición de los vinos del nuevo mundo nos encontramos que, Para la mayoría de los estadounidenses, los vinos del Nuevo Mundo comienzan con los enólogos de California, Ya que fueron estos los que establecieron los estándares para los vinos de alta calidad en la era moderna.

La evolución del vino de California y de otras regiones del nuevo mundo ha estado llena de una rica historia de enólogos, bodegueros y viticultores europeos,  que desde el siglo XIX comparten su cultura y habilidades vitivinícolas. Con productores locales

Por este motivo también es posible encontrar vinos en el nuevo mundo con el estilo o corte del viejo mundo. Pero lo que está claro es que la vinificación de California ha establecido el tono a seguir para otras regiones del Nuevo Mundo dentro y fuera de los Estados Unidos.

El impulso de la fruta en el nuevo Mundo

La calidad ha crecido enormemente en las últimas décadas, sobre todo después  de la famosa “Cata de París” de 1976, Este Echo fue el que prendió fuego al mundo del vino y, a medida que California comenzó a establecer estándares de calidad, le siguieron otros productores del Nuevo Mundo.

Los estilos actuales del Nuevo Mundo son vistos como impulsados por la fruta, más accesibles y fáciles de beber de inmediato, con una mayor madurez fenólica y niveles de alcohol que se presentan en el paladar como toques de dulzura. Al hacer referencia a taninos suaves y redondos, los críticos hablan de estas características, como las diferencias más usuales entre los vinos del nuevo y el viejo Mundo.

Los vinos del Nuevo Mundo, pueden ser un poco más altos en contenido de alcohol, ya que los niveles de maduración y por tanto los niveles de azúcar en la cosecha, impulsan este componente hacia arriba. Sin embargo, la calidad del vino estará dictada por el equilibrio que se refiere a la fruta, la estructura y el alcohol, en combinación con la sensación general en la boca.

En otras palabras, el nivel de alcohol no es necesariamente un problema si el vino en general se percibe como delicioso para el paladar.

Con comida o sin comida

Las  diferencias entre los vinos del nuevo y el viejo mundo tambien se ven reflejadas a la hora de la comida, La estructura y los taninos de los vinos del Viejo Mundo exigen más a menudo tomarlos con algo de comida como acompañante. El consumo de vino europeo siempre ha sido utilizado como el complemento esencial para cualquier comida. Los vinos de las diferentes regiones de Europa se han refinado durante siglos para reflejar el carácter y complementar mejor la cocina de la región donde se producen. De esta forma intentan siempre que pueden ser disfrutados con la comida, Es por eso que los vinos del Viejo Mundo, se presentan en armonía con los sabores de los platos de cada región a la que pertenecen, por el contrario, los vinos del Nuevo Mundo se pueden disfrutar con las comidas, pero también se pueden tomar solos, ya que la redondez y la suavidad de sus taninos no requieren alimentos para el equilibrio.

Pero indudablemente los vinos del Nuevo Mundo pueden ser más difíciles de combinar con los alimentos, ya que la madurez, los niveles de alcohol y la intensidad los hacen más dulces y pueden por esta razón saturar el paladar y eclipsar los sabores.

Mientras que Los vinos del Viejo Mundo sin comida pueden ser un problema, ya que muchos de esos vinos debido a ser muy tánicos y tener una mayor acidez,  harán que nuestras papilas gustativas se retraigan y nos haga salivar abriéndonos el apetito y el deseo de buscar por comida para mantener el equilibrio de los sabores en la boca.

En conclusión, no se trata aquí de favorecer a uno u a otro, solo de identificar las  diferencias entre los vinos del nuevo y el viejo mundo,  ya que cada uno tiene su propio estilo, y ambos tienen sus pros y sus contras y eso no hace que unos sean mejores o peores que los otros, en definitiva, será cada persona quien  decida cuál es el estilo que más le gusta Incluso el estilo que nos guste puede ser variable y Todo dependerá de una serie de factores ajenos a nuestra voluntad, como puede ser un momento,  un estado de ánimo, una determinada compañía etc.

Así qué no tiene por qué ser un problema el que hoy podemos elegir y disfrutar de un gran Chianti con una Rica lasaña, mientras que Mañana podemos seleccionar un Chardonnay de Napa Valley, con un rico pollo a la parrilla.

Mi consejo tome lo que le guste, pero nunca se case con un determinado estilo o con una determinada marca, porque eso sería un impedimento para probar otros estilos o marcas que le podrían gustar más

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J. Pradillo: